Las termoestufas de pellets utilizan la combustión de pellets para calentar agua para los radiadores de la casa o para los paneles del suelo radiante. Se diferencian de las estufas normales porqué no expulsan aire caliente, sino que utilizan este aire para calentar un circuito de agua que se envía a través del sistema de calefacción a toda la vivienda.
Su funcionamiento se basa en la combustión de pellets, que se van añadiendo a la cámara de combustión de forma automática. El aire caliente que se desprende de la combustión entra en contacto con el intercambiador de calor y el agua caliente se envía a toda la casa mediante la bomba de recirculación.
La termoestufa de pellets incluye la bomba de impulsión, la válvula de seguridad, el vaso de expansión y el resto de componentes incluidos en su interior, de modo que la instalación es muy sencilla. Se puede acoplar a sistemas ya existentes de calefacción y pueden trabajar además junto con paneles solares.
También permiten aprovechar el calor generado para producir agua caliente sanitaria para el baño y la cocina. Este agua se puede acumular para estar siempre disponible, incluso cuando la termoestufa no esté funcionando. La termoestufa de pellets suele tener una autonomía de varios días en función del tamaño del depósito, la potencia de trabajo y las dimensiones del edificio a calentar.
La termoestufa de pellets es una alternativa ecológica de alta eficiencia energética y con unos costes de mantenimiento inferiores a los sistemas de calefacción basados en combustibles fósiles. Hay muchos modelos disponibles en el mercado, con acabados en diferentes materiales (aceros, piedra o cerámica) y en todo tipo de estilos. Son fáciles de instalar y se pueden colocar en todo tipo de apartamentos y casas sin necesidad de hacer obras mayores.
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