Guía para elegir suelos y pavimentos

A la hora de afrontar la reforma integral de una vivienda, deberás elegir el tipo de pavimento o suelo que vas a instalar. Es una decisión compleja ya que depende de varios factores como la estética, el precio, la durabilidad y la tendencia estética del momento. En este post te presentamos los distintos tipos de suelos para escoger el que mejor se adapte a tus necesidades.

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Suelo laminado

Los suelos laminados se montan como una tarima flotante acoplando las piezas entre ellas mediante un sistema de clic que llevan incorporadas. A veces se confunden con el parquet pero la principal diferencia es que el suelo laminado no lleva madera natural en su composición, es un compuesto de resinas de melamina a alta presión cubiertas con un dibujo de imitación a madera u otros materiales. Existen infinidad de estilos, texturas y colores disponibles. El grosor suele ser de entre 7 y 12 milímetros.

Entre las principales ventajas de la tarima flotante está la posibilidad de instalar el suelo laminado sobre otros pavimentos sin necesidad de demolerlo. Sólo necesitas extender una capa de espuma/caucho/cartón para nivelar la superficie. Otra ventaja es la rapidez de instalación. Por estos motivos resulta un pavimento relativamente económico y es uno de los más utilizados en las reformas del hogar.

Otra ventaja son el aislamiento acústico con los ruidos de impacto, como tacones, se transmiten por vibración a la estructura. De este modo, pisar un suelo flotante no suele ser apreciado en otras viviendas y una buena colocación asegura las buenas propiedades acústicas del mismo.

Parquet flotante

El parquet sí lleva madera natural en su composición. Existen distintas variedades y puede ser macizo o multicapa. Este último está compuesto por una capa de madera maciza y distintas capas de barnizado. El multicapa es más económico que el macizo aunque el parquet macizo se puede acuchillar de modo que conserva más calidad y grosor que el multicapa. Es más complejo y costoso de instalar que el suelo laminado aunque tiene una durabilidad superior que la tarima flotante ya que se puede acuchillar en caso de desperfecto y queda como nuevo.

Gres convencional

Hasta hace unos años, era el material más utilizado debido a su durabilidad y precio competitivo. Está hecho de arcilla con acabado de esmalte, de donde se obtiene el brillo, la dureza, impermeabilidad y color. También puede llevar un acabado antirayaduras, rugosidad o características antideslizantes. Dentro de este tipo de pavimento, existe el gres de pasta blanca y el gres de pasta roja, siendo este último el más económico.

Las principales ventajas del gres cerámico son las posibilidades de acabados y decorados, es un suelo muy resistente y su coste es bajo.

El inconveniente del gres cerámico es que puede resultar frío al tacto, sobre todo en suelos de baja calidad y si sufre un fuerte impacto puede levantarse la capa de la superficie.

Gres porcelánico

El suelo porcelánico es una revolución en los pavimentos por sus altas prestaciones y estética. Al ser muy compacto y con porosidad mínima, es ideal tanto para instalaciones interiores como exteriores. También es un buen aislante térmico y es el tipo de suelo recomendado si tienes una calefacción por hilo radiante. Son recomendables en zonas de mucho tránsito.

Entre sus ventajas destaca la resistencia a temperaturas, humedad, agentes químicos o paso del tiempo. También tiene un alto nivel de aislamiento eléctrico y debido a su baja porosidad evita la acumulación de humedad y el desarrollo de hongos y moho. El mantenimiento del suelo porcelánico es muy sencillo, solo es necesario pasar un trapo húmedo para que recupere su color.

Entre los inconvenientes del gres porcelánico destaca su precio, que es superior al del gres convencional, sobre todo si eliges el porcelánico técnico. Además, a la hora de colocarlo debes tener en cuenta que su baja porosidad dificulta la adherencia al cemento y es necesaria usar una adherencia química especial con cemento cola especial que también tiene un coste superior al cemento convencional.

Pavimentos continuos

Existen distintos tipos de pavimentos continuos que han surgido en los últimos años y la característica común es la ausencia de juntas. Dentro de este grupo, los podemos clasificar por el material principal como suelos a base de hormigones, cementos, resinas o poliuretano.

El origen de estos pavimentos fue el uso de hormigones decorativos impresos para uso exterior debido a su rapidez de ejecución y resistencia. También son muy utilizados en usos industriales para resistir a cargas de peso elevadas o por su facilidad de limpieza y resistencia a agentes químicos.

Dentro de este grupo, ha proliferado en los últimos años la instalación del microcemento, pavimento con base cementosa, como elemento decorativo en el interior de viviendas o locales comerciales.

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