Los muebles de madera necesitan de vez en cuando una mano de pintura, para mantener su estado original y protegerlos del tiempo y las condiciones climáticas. No sólo mejorarás su aspecto sino que alargarás la vida de tus muebles, además de evitar la formación de las incómodas astillas y otras degradaciones.
Si se trata de un mueble sin pintar, el primer paso es lijar la madera sin tratar con una lija gruesa. Intenta dejar los bordes y cantos redondeados, ya que serán más fáciles de cubrir bien con la pintura y será más difícil que entre la humedad. Retira el polvo y los trocitos de madera que se hayan generado con un paño húmedo y a continuación seca bien el mueble.
Una vez tratada la madera, ya puedes aplicar una primera capa del color que hayas escogido.
Muebles sin pintura
Si buscas una mayor resistencia y durabilidad, te recomendamos que elijas un tono oscuro, ya que se mantienen mejor ante la degradación. Para aplicar el tinte debes hacerlo siguiendo el sentido de la veta de la madera.
No olvides pintar todas las caras del mueble, incluso las que no están a la vista. Recuerda que además de pintarlo para que quede más bonito, también se hace para que no se estropeen y duren más tiempo.
Déjalo secar y depende del resultado que hayas obtenido y lo que quieras conseguir, aplica una capa de protector incoloro brillo o mate. Puedes darle incluso dos manos de protector, para una mayor durabilidad y un resultado más profesional.
¡Un consejo!
No agites los botes de pintura: es mejor que los remuevas con el pincel o algún utensilio. Así evitarás que se generen burbujas y podrás utilizar una pintura homogénea.
Si quieres pintar tu mueble con un color pigmentado (como el blanco, violeta, verde o azul entre otros) puedes lijar la madera después de que se haya secado, pero con una lija muy fina y aplicar después otra capa de pintura. Intenta no repasar demasiado lo que ya hayas pintado, sino quedará la forma del pincel o el rodillo.
Muebles con pintura
Si lo que quieres es arreglar un mueble que ya ha estado barnizado, deberás empezar por eliminar las partes de pintura o barniz que estén sueltas, con la ayuda de una espátula y una lija. A continuación lija todas las capas para asegurar que la pintura se adhiera bien a la madera. Como en los casos anteriores, limpia el polvo y los restos con un paño húmedo y seca bien el mueble.
Y con estas claves ya puedes pintar tus muebles de forma creativa y darles una nueva vida.
