Con el mes de diciembre el invierno inaugura sus temperaturas más bajas y el riesgo de nieve y heladas aumenta. Aunque la actividad en el jardín disminuye, la prevención y la planificación son esenciales en esta época del año. Es el momento de proteger tus plantas y tu jardín del frío excesivo para garantizar su perfecto estado. El invierno es también la mejor estación para hacer balance del año que está a punto de acabar y valorar qué ha crecido bien y qué no, qué te ha supuesto demasiado trabajo y qué ha resultado, por el contrario, una sorpresa. Piensa en el trabajo realizado durante este año y planifica al detalle qué plantar y sembrar para la próxima temporada.
A continuación te explicamos algunas de las tareas que podrás realizar en tu jardín en DICIEMBRE:
Cuidar el jardín: Mientras no hiele, todavía es posible recortar los árboles o dar forma a arbustos y plantas trepadoras. Ten cuidado, sin embargo, de no podar los arbustos o plantas que florecen en primavera porque suprimirías las yemas de flor. Es momento de regar menos y evitar que las plantas queden mojadas por la noche, el frío y la humedad podrían estropearlas. Protege las plantas exteriores más delicadas de posibles heladas con telas, plásticos o guárdalas en el invernadero o en casa. Recuerda no plantar nada cuando las temperaturas estén por debajo de los 0°, deja ese trabajo para más adelante. Comprueba todos los soportes y tutores de plantas y árboles para evitar que se deterioren y sacude la nieve de las ramas de los árboles para que no se rompan por el peso. Si vives en una zona donde las heladas son frecuentes, te aconsejamos que dejes la poda hasta final del invierno. Sin embargo, si vives en un sitio de clima templado podrás podar durante todo el invierno, sobre todo los árboles frutales y rosales.
Esta es la mejor época del año para hacer una limpieza a fondo de las herramientas de jardín. Revísalas y guárdalas bien durante los meses que las vas a necesitar menos.
Si tienes un pequeño estanque en tu jardín procura limpiar su superficie de hojas y trozos de vegetación caídas y cúbrelo con una cubierta protectora contra el hielo.
Por último, no te olvides de los pájaros, ellos sufren la escasez de alimentos durante el invierno. Si cuelgas bolas o collares con alimento o montas una casita con comida para pájaros les ayudarás a sobrevivir los meses de frío.
Cuidar el césped: Antes de que lleguen las heladas o la nieve, limpia el césped de hojas y restos de vegetación, con ello evitarás que se deteriore. Deja el césped bien corto antes de que hiele para que los tallos no se doblen con facilidad. Una vez ha caído la nieve y el césped está helado es importante evitar pisarlo, los tallos helados se rompen con facilidad y eso favorece la entrada de hongos y gérmenes. Tampoco debes pisarlo cuando esté muy mojado y evita que se formen zonas encharcadas durante mucho tiempo, la humedad y el frío pueden dañar gravemente tu césped.
Recuerda que es un buen momento para limpiar, poner aceite y afilar las cuchillas del cortacésped antes de que quede inactivo durante un tiempo.
Cuidar el huerto: El frío, la lluvia o la nieve pueden afectar el crecimiento de las plantas y frutos. Para evitar que se estropeen es importante que nutras la tierra usando compost, estiércol o abono verde, si tienes posibilidad de conseguirlos, o simplemente con abonos universales o específicos, según las necesidades de tu huerto o jardín.
En términos generales, puedes reducir la intensidad del riego, teniendo en cuenta el clima de la zona específica en la que vives, no en todas partes hace el mismo frío. Riega con moderación y preferiblemente al mediodía, cuando las temperaturas son más altas.
También puedes empezar a escoger y preparar los semilleros que podrás trasplantar en primavera. No te olvides de protegerlos contra el frío: invernaderos, túneles de cultivo (superficie de plástico en forma de arco) o telas de protección y mallas son buenas soluciones contra heladas y lluvias.
Si la zona en la que vives no es muy fría, es un buen momento para sembrar hortalizas y verduras de invierno como acelgas, coles, espinacas, lechugas, endivias, guisantes, rábanos, remolachas o habas. A pesar de que soportan bien las bajas temperaturas, no olvides proteger los semilleros contra las heladas.
Cuidar las plantas de interior: Las plantas delicadas que están más expuestas a las bajas temperaturas y al viento deben estar bien protegidas y, si es preciso, éntralas en casa los días de más frío. Dentro de casa debes evitar colocar las plantas cerca de radiadores, estufas o calentadores, el exceso de calor y el aire seco podrían estropearlas. Una temperatura ambiente de 20° y un lugar con luz natural serán el entorno ideal para cualquier planta. Debes regar las plantas con moderación y no olvidar humedecer las hojas con regularidad para contrarrestar la sequedad del aire que provoca la calefacción. Si alguna planta necesita un transplante, es mejor que esperes hasta la primavera.
Una de las plantas típicas de Navidad es la Poinsettia, cuyas hojas verdes y rojas (de noviembre a enero) son un adorno ideal en todas las casas. Si quieres que sobrevivan pasadas las fiestas navideñas, riégalas con abundancia dejando que cada vez la tierra se seque, colócalas en un espacio con luz y temperatura constante y espera a la primavera para podarlas cuando ya no tengan hojas.