Controlar el pH es básico para cualquier piscina, pero es especialmente importante cuando se utiliza un equipo de cloración salina. Las sales que utilizan los cloradores afectan al pH, y se debe controlar con regularidad para asegurar que sigan entre los valores óptimos (7,2 – 7,6).
Si puedes elegir, la mejor opción siempre es un clorador salino que tenga incorporado el sistema de regulación de pH. En este caso, tan solo tendrás preocuparte de añadir reductor de pH al regulador cuando sea necesario y podrás olvidarte de tener que hacer un seguimiento periódico de los valores de pH de tu piscina.
Sin embargo, esto no es imprescindible y si no te supone un esfuerzo excesivo, puedes medir periódicamente el pH de forma manual para mantenerlo dentro del rango de trabajo. Si este es tu caso, deberás utilizar los productos habituales para medir y ajustar el pH, y dosificarlo según las especificaciones de cada fabricante, independientemente del equipo de cloración salina que tengas.
En ambos casos el resultado va a ser el mismo, pero el nivel de dedicación por tu parte será bastante diferente. Los reguladores automáticos miden y corrigen los valores con la frecuencia con la que los programes y te permiten olvidarte completamente de este parámetro. Si el control es manual, tendrás que ser muy constante y asegurarte siempre de que está en el nivel óptimo. Si no lo hicieras, el rendimiento del equipo de cloración salina se podría ver afectado.
Si estás pensando en escoger un clorador salino consulta esta guía de compra, en la que te damos las claves para que elijas el que realmente necesitas.
No olvides que ...
Como en cualquier piscina, debes prestar especial atención a los niveles del agua después de una lluvia fuerte, ya que en esos casos se suelen ver afectados los niveles de pH.
