Las hierbas aromáticas son una elección genial para cultivar por primera vez: son plantas muy agradecidas de trabajar ya que se adaptan fácilmente a todo tipo de condiciones y tienen muchas utilidades. Las puedes plantar tanto en tierra como en macetas o jardineras, aunque en recipientes necesitarán algo más de riego.
Como la mayoría de cultivos, necesitan bastante luz, al menos cuatro o seis horas de sol al día. Ventanas y balcones son una buena opción ya que no son plantas que requieran mucho espacio y las puedes colocar allí sin que molesten. También se pueden cultivar en interior, si dispones de algún espacio que reciba mucha luz. Si se plantan en huerto o jardín, además mejorar su aspecto con sus colores y aromas, muchas actúan como repelentes de insectos y plagas.
Cultivar plantas aromáticas en casa puede ser muy provechoso, dado el variado uso que se les puede dar, además de lo fácil y cómodo que es tenerlas. Un lugar ideal es la cocina, para tenerlas al alcance y usarlas cuando estés cocinando y poder regarlas cómodamente.
Hay tres familias botánicas de plantas aromáticas:
- Aliáceas: ajo, cebolla, cebolleta, chalotas...
- Apiáceas: perifollo, hinojo, perejil, angélica…
- Lamiáceas: melisa, menta, orégano, tomillo…
Es recomendable plantar en la misma jardinera plantas de la misma familia. Se pueden consumir de distintas maneras: crudo, deshidratadas, secas… pero hay que tener especial cuidado con las últimas ya que tienen un aroma y sabor más fuertes, por lo que deberíamos utilizarlas con medida.
Su uso más común es el culinario: orégano, albahaca, perejil, hinojo… añaden un sabor muy particular y fresco a la comida, lo que permite condimentar con ellas con mucha frecuencia. Sin embargo las propiedades medicinales de muchas plantas aromáticas también son un atractivo motivo para cultivarlas en casa. Lavanda, caléndula, romero y manzanilla… se pueden en infusión, cocidas, tisana o incluso elaborar aceites.
Si te atrae la idea, ahora es buen momento para ponerte manos a la obra: en febrero y marzo empieza la época de siembra de muchas estas plantas.
FEBRERO
En este mes ya podemos comenzar con dos tipos de hierba muy recurridas en la cocina, que siempre serán más sabrosas que si fueran compradas. Ambas pertenecen a la familia de las apiáceas, por lo que podemos plantarlas en la misma jardinera.
→ Cilantro: requiere abundante sol y un riego constante pero breve, para que no se encharque la tierra. La semilla no debe quedar nunca a más de 1 cm de profundidad. Podemos suministrarle abono para nutrir su suelo, pero sobre todo evitar fertilizantes nitrogenados. Es una planta anual, por lo que una vez recolectada tendremos que sembrar de nuevo si queremos seguir teniéndola.
→ Perejil: igual que el cilantro, necesita mucho sol y también humedad, pero evitar el exceso de agua. Tarda bastante en germinar, así que no te asustes si no ves que empieza a brotar hasta un mes más tarde de haber sembrado. Para conseguir una mata densa y compacta es aconsejable arrancar las flores, aunque también puedes aprovechar sus semillas y dejarlas caer en otra maceta. Es una planta bienal.
MARZO
→ Albahaca: no resiste muy bien las heladas y bajas temperaturas, por lo que si esta primavera arranca lenta podemos esperar a un poco más tarde o preparar semilleros para luego transplantar. El transplante debería realizarse por la mañana, antes de que reciba luz solar y de regar la planta. Igual que con el perejil y cilantro: la clave reside en bastante sol y riegos frecuentes pero cortos. También es una planta anual.
Típico condimento de la cocina italiana, la podemos añadir tanto a pasta y pizza como en antipesti (ensaladas, carne) e incluso elaborar nuestra propia salsa pesto.
→ Manzanilla: abundante sol, aunque no de forma directa, tierra nutrida y riego constante. Con las flores se elabora la infusión, que tan saludable es para la digestión.Para incentivar la floración debemos quitar las flores marchitas e ir recortando la planta de vez en cuanto. Hay dos tipos: perenne y anual.
→ Perifollo: unas de las cuatro finas hierbas, que constituyen el pilar de la gastronomía francesa. Necesita un suelo húmedo y bien nutrido, además de un clima no muy seco ni sol excesivo. Se adapta especialmente bien al frío, por lo que podemos comenzar ya. De leve sabor anisado, perfecta para condimentar sopas de verdura, tortillas o revueltos y ensaladas.
→ Salvia: Necesita mucho sol y tierra arcillosa o bien abonada, pero también cuidarse de acumulaciones de agua. Se recomienda recolectarla antes de que florezca. Entre sus funciones destacan la activación de la circulación sanguínea, controlar las alteraciones menstruales, reducir gases y dolores de la gastritis, ayuda a cicatrizar llagas (se puede usar su infusión como enjuague).
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